Resumen
La Plataforma para la Salud mental y la Empleabilidad juvenil,1 impulsada por FSMLR, tiene como objetivo prevenir la aparición de problemas de salud mental entre jóvenes de 16 a 35 años como causa del desempleo o la precariedad laboral. Para alcanzarlo, se realiza una investigación social sobre la realidad de la juventud en torno a la cuestión del empleo y salud mental. Tras ello se pone en marcha una plataforma digital mediante la que se realizan acciones de intervención con jóvenes y se ofrecen recursos para profesionales. Se descubre, entre otros, que el 82,6% de la juventud encuestada en desempleo y el 68,1% en condiciones de precariedad laboral severa considera que su situación laboral determina negativamente su bienestar emocional. En la intervención, el 95,5% de las personas jóvenes creen que las diferentes acciones de la Plataforma contribuyen a la mejora de su salud mental.
1El proyecto “Plataforma para la Salud Mental y la Empleabilidad Juvenil” fue un proyecto desarrollado por el Área de Empleo e Inclusión Social de la Fundación Santa María la Real en 2023, y cuenta con la colaboración y financiación del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.
1. Introducción
En la actualidad, la juventud se encuentra en una encrucijada singular, donde los desafíos de la vida diaria convergen con las aspiraciones de un futuro aún por definir. La transición hacia la adultez, enmarcada por la búsqueda de identidad, la formación académica y las expectativas sociales, presenta un escenario complejo que demanda un enfoque integral. La presión académica, las altas expectativas sociales y la incertidumbre sobre el futuro laboral forman una amalgama de desafíos que, en la era actual, se han visto exacerbados por la pandemia global.
Las vicisitudes económicas, las restricciones sociales y el cambio de paradigma en la forma de trabajo han añadido capas adicionales de complejidad a los proyectos vitales de la juventud. En este contexto, dos esferas críticas se destacan entre las personas jóvenes como piedras angulares del bienestar y el éxito futuro: la empleabilidad y la salud mental. Por un lado, nos encontramos con un mercado laboral incierto, poco esperanzador y precario para jóvenes.
Considerando los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) la tasa de desempleo de la población menor de 25 años es del 27,82%, muy superior al 11,84% de desempleo en la población general para el III Trimestre de 2023(INE, 2023). Para ese mismo trimestre, el 47,86% de las personas jóvenes tiene un contrato temporal, un síntoma de precariedad que se ceba especialmente en las franjas más jóvenes.
Por otra parte, su salud mental parece estar cada vez más debilitada, entre otras cuestiones, por la cuestión laboral. Así, en una investigación previa realizada por el Área de Empleo e Inclusión Social de la FSMLR con población joven (desde 18 a 35 años), detectamos que el desempleo afecta en mayor o menor medida a los tres tipos de bienestar (psicológico, social y emocional). Sin embargo, cerca de la mitad (48,8%) de la población joven en desempleo se encontraba con un nivel bajo de bienestar emocional, seguido de un nivel de bienestar psicológico bajo (en un 35%) y social (un 30%) (FSMLR, s.f.) Con estos retos sobre la mesa, la Estrategia de la Unión Europea para la Juventud 2019-2027, ratificada por el Consejo de la Unión Europea en diciembre de 2018, propone como primer objetivo “que los jóvenes se conviertan en artífices de su propia vida, apoyar su desarrollo personal y su camino hacia la autonomía”. Para ello, entre sus metas estratégicas incorpora la meta 5: “Lograr un mayor bienestar mental y acabar con la estigmatización de los problemas de salud mental, promoviendo así la inclusión social de todos los jóvenes” y la meta 7: “Garantizar un mercado laboral accesible con oportunidades que conduzcan a empleos de calidad para todos los jóvenes”.
De la misma forma, la Estrategia de Juventud 2030, realizada por el Instituto de la Juventud de España (INJUVE, 2022), dependiente del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, incorpora dos ejes de especial interés en este marco de análisis: el segundo eje, sobre “autonomía, empleo digno y emprendimiento joven”, cuya meta es “el acceso de los jóvenes a un empleo digno, estable y bien remunerado que les permita desarrollar sus proyectos de vida, garantice la igualdad de oportunidades y la conciliación entre la vida laboral y la personal”; y el tercer eje, sobre “salud integral y calidad de vida”, entre cuyos objetivos se alude a “garantizar el bienestar mental de la juventud, prevenir el suicidio y acabar con la estigmatización de los problemas de salud mental”.
En línea con la realidad mostrada y el marco de protección mostrado, emerge una solución integral: Plataforma para la Salud mental y la Empleabilidad juvenil, una herramienta de la FSMLR de investigación e intervención diseñada para el abordaje del desempleo y la precariedad laboral como determinantes de desigualdades sociales en la salud mental y bienestar emocional de los/as jóvenes. Esta Plataforma tiene como objetivo general prevenir la aparición de problemas de salud mental a causa de la falta de empleo o la precariedad laboral en jóvenes de entre 16 a 35 años, mediante acciones de sensibilización y promoción del cuidado de su salud mental y su bienestar emocional. A lo largo de este artículo, desglosaremos cómo esta iniciativa innovadora aborda específicamente los desafíos planteados. Para ello, en primer lugar, se compartirá la metodología utilizada en su primer año de implementación, algunos de sus principales resultados y recomendaciones para mejorar la realidad del empleo de la juventud considerando la salud mental.
2. Metodología
Se trata de una investigación social aplicada que se ha compuesto de una fase de investigación y otra de intervención social.
Fase 1. Investigación Social
Para dar respuesta a los objetivos planteados en la fase de investigación se ha combinado tanto el enfoque cuantitativo como cualitativo llevándose a cabo las siguientes técnicas.
- Revisión bibliográfica y datos de fuentes secundarias.
- Encuesta dirigida a jóvenes de entre 16 y 35 años. Se diseñó una encuesta con alcance en todo el territorio nacional, en formato online, dirigida a jóvenes entre 16 y 35 años. El tamaño muestral es de 325 jóvenes, residentes en España, 213 mujeres y 108 hombres. La media de edad de la muestra es de 27,42 años (SD=4,89). Se trata de un muestreo no probabilístico alcanzado a través de un proceso de divulgación mediante canales online y el alcance social de la Fundación Santa María la Real. Las entidades del tercer sector, públicas y privadas adheridas a la Plataforma para la Salud Mental y la Empleabilidad Juvenil, participaron en la difusión. La encuesta estuvo conformada por una secuencia de preguntas relativas a diferentes dimensiones: socio demográficas y socioeconómicas, condiciones laborales actuales y condiciones del empleo, salud mental e ideación de suicidio, bienestar emocional y apoyo social percibido. De igual modo, la encuesta incorporó cinco escalas psicométricas:
● Escala de Incertidumbre Laboral JIS-8 (Pienaar et al., 2013)
● Cuestionario de Salud General GHQ-28 (Goldberg y Hillier, 1979)
● Escala de Desesperanza BHS (Beck et al., 1974)
● Escala de Satisfacción con la Vida SWLS (Diener et al, 1985)
● Cuestionario de Apoyo Social SSQ-6 (Sarason et. al., 1983, 1987)
- Entrevistas semi-estructuradas a personas expertas en la temática. Se realizaron 13 entrevistas semi-estructuradas con personas expertas en: investigación en desigualdades sociales en salud mental; intervención en salud mental con jóvenes; intervención sociolaboral para la búsqueda y mejora del empleo con jóvenes (coordinadores/as de programas de empleo juvenil, técnicos/as de empleo, orientadores/as laborales, trabajadores/as sociales; formadores/as); e informantes con responsabilidades en incidencia política.
- Grupos focales con profesionales y jóvenes. Se realizaron 3 grupos focales: 1 grupo con jóvenes y 2 con profesionales de entidades sociales.
Fase 2. Intervención Social
La intervención llevada a cabo se basa en tres pilares esenciales: acompañamiento psicológico individualizado, redes de apoyo y servicios para profesionales comprometidos con la salud mental. Cada componente desempeña un papel crucial a la hora de abordar las complejidades que enfrentan las personas jóvenes en su camino hacia el bienestar y la empleabilidad.
La personalización de la intervención es clave, reconociendo que cada persona tiene una historia única con desafíos específicos, por ello las sesiones individuales emergen como una piedra angular esencial, puesto que permiten ajustar la intervención a las circunstancias y necesidades de cada joven, asegurando pertinencia y efectividad. Donde la confidencialidad y la privacidad son dos elementos inalienables, creando un espacio seguro para compartir preocupaciones personales sin temor al juicio, permitiendo también la construcción de una relación sólida entre la persona profesional y las personas jóvenes.
Durante la etapa inicial de acogida y evaluación, se identifican síntomas superficiales y raíces subyacentes de los desafíos; de esta forma se puede percibir el impacto que la situación de desempleo o la precariedad laboral tiene en su bienestar mental y emocional. A continuación, las sesiones de diagnóstico facilitan la creación de planes de acción específicos, abordando problemas de manera precisa y estratégica, donde la personalización se extiende a metas y objetivos individuales adaptados a las necesidades de cada joven. Y, por último, las sesiones de seguimiento no solo evalúan resultados, sino que también fortalecen la autoestima y confianza, fomentando una actitud resiliente. Por lo que este acompañamiento no se limita a cuestiones laborales; se convierte en un instrumento para un enfoque holístico en la salud mental y emocional de la juventud, considerando y abordando otros aspectos de sus vidas.
Por otra parte, las sesiones grupales emergen como un componente esencial y van más allá de la interacción para convertirse en un espacio de apoyo mutuo donde la conexión emocional muestra que no están solas y solos en sus luchas. Además, ofrecen una oportunidad para la psicoeducación, donde adquieren herramientas prácticas y estrategias psicológicas aplicables en la vida cotidiana.
En el itinerario se abordan diversos aspectos del bienestar emocional, ofreciendo un espacio seguro para la expresión donde pueden compartir libremente sus pensamientos y preocupaciones en un entorno de comprensión y apoyo, facilitando la autoexploración y construyendo vínculos. La interacción con sus pares les brinda un espacio para mejorar la comunicación, la empatía y la resolución de conflictos, habilidades fundamentales tanto en el ámbito personal como profesional. Es por ello que esta experiencia colectiva contribuye al fomento de la autoestima y confianza, ya que el reconocimiento y apoyo colectivo promueven un sentido de valía personal que es esencial para enfrentar los desafíos de la vida.
Asimismo, se ofrecen servicios para profesionales comprometidas y comprometidos con la salud mental, con el objetivo de promover un cambio cultural que integre la perspectiva de salud mental en diversos contextos laborales. A través de un MOOC de especialización se proporcionan conocimientos teóricos y herramientas prácticas, asegurando que amplíen conocimientos y habilidades para mejorar la calidad de las intervenciones.
Además, ponemos a su disposición recursos e informes detallados destinados a mejorar programas de empleabilidad desde una perspectiva de salud mental, proponiendo enfoques basados en evidencia para optimizar la efectividad de los proyectos. Asimismo, la participación en diferentes seminarios y el congreso se presenta como una oportunidad para compartir buenas prácticas, ya que se fomenta el intercambio continuo de conocimientos.
Finalmente, la posibilidad de derivaciones directas se erige como un servicio valioso que conecta directamente a profesionales y personas en busca de apoyo. Al establecer esta vía de derivación, facilitamos el acceso a nuestros recursos y servicios especializados. Esto no solo agiliza el proceso para quienes buscan acompañamiento, sino que también fortalece la red de apoyo, creando sinergias entre profesionales de distintas disciplinas. Este enfoque integral reconoce que la salud mental es un componente esencial de la calidad de vida, tanto para las personas jóvenes como para aquellas que trabajan en la promoción del bienestar.
3. Resultados
Los resultados que se comparten en este apartado corresponden a los que emanan de la investigación, así como a los resultados de las propias acciones de intervención en el marco de la Plataforma.
3.1 Salud mental general, ideación de suicidio y bienestar emocional en jóvenes desempleados o en precariedad laboral
- Salud mental general
Si se parte del marco clásico empleo-desempleo, a través de la encuesta, se concluye que la juventud en situación de desempleo presenta un peor estado de salud mental. La diferencia en la puntuación total de salud mental (GHQ28) es significativa entre la juventud en desempleo (M=40,02) y con empleo (M=29,79). Específicamente, se observan mayores niveles de ansiedad-insomnio, disfunción social y depresión grave en la juventud en situación de desempleo. También se observan diferencias significativas en la puntuación de ideación suicida (BHS) entre la juventud en desempleo (M=8,61) y con empleo (M= 6,37), siendo los/as jóvenes en desempleo quienes presentan mayores niveles de ideación de suicidio. Unos resultados que coinciden con la literatura científica revisada (Álvaro, 1992; Bartelink et al., 2019; Vancea et al., 2019).
Por un lado, en cuanto a la dimensión de precariedad laboral objetiva en jóvenes, medida a través del Índice de Precariedad Asalariada Multidimensional (IPAM), presenta correlaciones positivas con la dimensión de salud mental general, especialmente con la dimensión de depresión grave (rs=0,31; p<0,01), y con la dimensión de ideación de suicidio (rs=0,23; p<0,05). Es decir, a mayores niveles de precariedad laboral medida en términos objetivos, peor estado de salud mental general, relacionándose principalmente con mayores niveles de depresión grave y un mayor riesgo de ideación de suicidio.
Si se compara a la juventud en condiciones de precariedad laboral severa (PLS) frente a la que se encuentra fuera de estas condiciones (N-PLS) se observa que los primeros (M=35,41) tienen una peor salud mental general frente a los segundos (M=26,31). Concretamente las personas jóvenes en precariedad laboral severa obtienen peor puntuación en síntomas somáticos, en disfunción social y en depresión grave. De igual modo, la juventud en condiciones de PLS (M=7,54) también presenta mayores niveles de ideación de suicidio (Z=-2,09; p<0,05) que la juventud con mejores empleos (M=5,11).
Por otro lado, en cuanto a las diferencias en salud mental de la juventud con empleo en función de diversas dimensiones subjetivas de precariedad laboral: la incertidumbre laboral, medida a través de la escala Job Insecurity Scale (JIS-8), así como la satisfacción laboral, la intención de dejar el empleo y la probabilidad de dejar el empleo, medidas a través de preguntas tipo Likert-4 y Likert-5. Se detecta que a mayores niveles de incertidumbre laboral e intención-probabilidad de dejar el empleo, peor estado de salud mental y mayor ideación de suicidio. Al contrario, a mayores niveles de satisfacción laboral, mejor estado de salud mental y menores niveles de ideación del suicidio.
- Riesgo de suicidio
Los y las jóvenes en situación de desempleo o con empleos más precarios tienen mayor riesgo de suicidio que los y las jóvenes con mejores empleos. Para la puntuación de ideación de suicidio (BHS) las medias de la juventud en desempleo (M=8,61) y en condiciones más precarias (M=7,54) son superiores a la juventud con mejores condiciones laborales (M=5,11). Los resultados expuestos en este apartado sobre salud mental e ideación de suicidio, van en línea con lo observado por estudios previos (Llosa et al., 2020) y dejan patente la relevancia de las condiciones del empleo.
- Bienestar emocional
El 82,6% de la juventud encuestada en situación de desempleo y el 68,1% de la juventud en condiciones de precariedad laboral severa considera que su situación laboral determina negativamente su bienestar emocional.
Se descubre que el nivel de bienestar emocional de la juventud en desempleo y con empleos más precarios es inferior que el de la juventud con empleos en mejores condiciones laborales. Para la puntuación de la Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS; Vázquez et al.,2013), las medias de jóvenes en desempleo (M=15,72) y en condiciones más precarias (M=18,48), son notablemente más bajas que las de jóvenes con mejores condiciones laborales (M=23,49).
3.2 Efectos psicológicos y emocionales producidos por el desempleo y la precariedad laboral
Las personas jóvenes en situación de desempleo o en condiciones de precariedad laboral severa son las que menos confían en alcanzar el éxito profesional, así como sus metas y objetivos en la vida. De igual manera, estos grupos de jóvenes son los que más han estado viviendo la vida sin esperanza, piensan que no vale para nada y sienten que no desempeñan un papel útil en la vida. Todos ellos, diferentes aspectos psicológicos que abordamos a lo largo de este apartado.
- Incertidumbre laboral y expectativas ante el empleo.
Más de cuatro de cada diez jóvenes con empleo está preocupado/a por la continuidad de su carrera (43,8%) y siente incertidumbre sobre el futuro de su trabajo (46,5%). Unos sentimientos de incertidumbre y preocupación que dificultan articular un sentido o dirección futura a sus trayectorias profesionales (Dueñas-Rello, 2022).
En esta línea, una gran parte de las personas expertas entrevistadas comparte que el desempleo supone una ruptura importante en las expectativas profesionales y laborales de muchas personas jóvenes que viven esta situación como un batacazo, llegando a generar sentimientos que denotan una falta de esperanza en el futuro (frustración, desesperación, desilusión) y que pueden derivar en cuadros clínicos más complejos como depresión, ansiedad o sentimientos de ingobernabilidad de la vida:
“Se convierte en un círculo vicioso que afecta a la falta de confianza en sí mismos, a la falta de herramientas, a la baja autoestima, a no saber cómo gestionar todo eso emocionalmente. Y todo esto va derivando, si no se trabaja, si no se gestiona, en problemas de ansiedad, depresión, desmotivación” (Técnica de empleo, entidad social).
- Perspectivas ante la vida
En este sentido, en los datos recogidos en esta investigación, se observa que el 65,7% de la población joven con mejores condiciones laborales considera que alcanzará sus metas y objetivos en la vida, frente al 50,7% de la juventud con empleo en condiciones de precariedad laboral severa y el 42,7% en situación de desempleo.
De igual modo, el 70,3% de la juventud en desempleo encuestada y el 56,5% de la juventud en condiciones de precariedad laboral severa han estado viviendo la vida totalmente sin esperanza.
- Individualización del desempleo y la precariedad laboral
Un 71,5% de jóvenes en situación de desempleo y un 56,5% de jóvenes en situación de precariedad laboral severa piensa que no vale para nada; frente a la juventud con mejores condiciones laborales, donde apenas alcanza el 34,3%. Son las mujeres jóvenes, especialmente entre la juventud con empleo, y las clases sociales bajas, quienes presentan mayores porcentajes.
De igual forma, el 61,0% de la juventud en situación de desempleo y el 46,4% de la juventud en condiciones de mayor precariedad laboral siente que está desempeñando un papel mucho menos o menos útil en la vida, frente al 22,9% de la juventud con mejores condiciones laborales.
3.3 El abordaje de la salud mental desde los recursos de empleo juvenil
El 30,8% de la juventud señala que su salud mental influye “en gran medida” a la hora de tomar decisiones sobre su situación laboral y un 37,2% “en algún modo”. Es decir, cerca de siete de cada diez jóvenes (68,0%) considera que el estado de salud mental es un factor condicionante de su empleabilidad. Una cifra que, además, aumenta notablemente entre la juventud con una peor percepción sobre su salud mental. El 93,41% de la juventud que considera tener una mala salud mental considera que su salud mental condiciona su empleabilidad, frente al 37,8% de quienes consideran tener una buena salud mental.
“Tanto a la hora de encontrar empleo como cualquier aspecto es una cosa muy importante, porque si no estás bien psicológicamente, tampoco estás en los otros aspectos de la vida” (Joven en desempleo, 33 años, con discapacidad).
“Es importante mantenerse activo, porque al final, si te quedas, te vas metiendo en un bucle de no hacer nada, y si estás activo, pues también a la hora de hacer una entrevista se te ve mejor. Yo creo que es importante eso, no abandonarse” (Joven en desempleo, 27 años).
La precariedad laboral, de acuerdo con las profesionales entrevistadas, genera un desgaste emocional y psicológico que puede cristalizar estados de mayor “resignación”, “frustración” o “desilusión” ante la posibilidad de mejorar las condiciones laborales y, especialmente, ante la perspectiva de lograr unas condiciones laborales dignas que permitan emanciparse.
Como se ha explorado previamente, si bien la relación entre salud mental y empleabilidad es compleja, el malestar psicológico y emocional influye en la experiencia de acceso y mejora del empleo, así como en la participación en itinerarios y recursos de empleo. Un análisis en el que cabe profundizar dado que, según nuestra muestra de jóvenes, más de cuatro de cada diez (42,8%) participan o han participado en programas de acceso al empleo, y a seis de cada diez les resultaron de utilidad.
Respecto a su opinión y considerando su estado de salud mental, se detecta que menos de la mitad (44,1%) de la población joven en desempleo con mala salud mental percibe como útil su participación en programas de acceso al empleo. En contraste, para el 81,3% de los y las jóvenes en desempleo con buena salud mental, participar en programas de acceso al empleo en algún momento de su trayectoria ha sido de utilidad.
Estos datos nos indican que la salud mental juega un papel crucial en la efectividad de los programas de empleo dirigidos a la población joven, como también señalan una gran parte de los/as profesionales entrevistados:
“Es verdad que muchos tienen muy dañada la autoestima. Entonces, a raíz de eso no se ven capaces, muchas veces, de hacer algunas cosas o de plantearse el buscar trabajo o el buscarse retos más allá de un trabajo simple de sacar dinero hoy para hoy” (Psicóloga general sanitaria, entidad social).
Un estado de salud mental deteriorado puede limitar la participación activa en programas destinados a mejorar la situación laboral, como asistir a sesiones, participar en actividades y aprovechar herramientas para la búsqueda de empleo.
- Necesidades de los y las jóvenes ante el impacto psicológico y emocional del desempleo y/o la precariedad laboral. Durante el grupo focal que se realizó con los/as jóvenes participantes en la Plataforma, se evidenció:
● La necesidad de espacios y grupos de apoyo mutuo donde puedan coincidir con personas que están en una situación similar.
● Contar con recursos de salud mental en los itinerarios sociolaborales y recursos de empleo.
● Contar con profesionales con formación y competencia en salud mental, que puedan facilitar el desarrollo de habilidades psicológicas y emocionales, prestar unos primeros auxilios psicológicos o detectar malestar emocional a lo largo de los itinerarios sociolaborales.
- Retos generales para la consolidación del acompañamiento psicosocial desde la perspectiva de los y las profesionales. Durante el grupo con profesionales se evidenció la necesidad de:
● Resignificar el cuidado de la salud mental en los itinerarios sociolaborales.
● Mejorar los medios disponibles y el acceso equitativo a la atención en salud mental.
● Consolidar un marco de trabajo común.
● Reconocer y validar la amplitud de itinerarios sociolaborales juveniles.
3.4 Resultados de la intervención realizada en el marco de la Plataforma
El proyecto ha surgido como respuesta a la urgente necesidad de abordar los problemas de salud mental y empleabilidad juvenil. La participación activa de diversas entidades demuestra la importancia de acceder a servicios y acciones que aborden estos desafíos, donde el trabajo en red entre diferentes administraciones públicas, organizaciones del Tercer Sector, centros educativos y universidades ha sido fundamental para mejorar la calidad de las respuestas a las necesidades de las personas jóvenes.
La intervención ha generado un impacto positivo y significativo en la salud mental de la población joven en situación de desempleo o precariedad laboral. Hemos observado una reducción en los síntomas de ansiedad y estrés, así como un aumento en la percepción de bienestar emocional, por lo que esta mejora directa en la salud mental es un indicador clave del éxito de la intervención. Asimismo, hemos logrado mejorar el acceso de personas jóvenes a nivel nacional a recursos de salud mental y bienestar emocional, por ello el desarrollo de atenciones individuales y sesiones grupales a nivel online ha sido esencial, donde más del 90% de jóvenes percibe una mayor identificación de su salud mental y satisfacción con la acción.
Por lo tanto, la valoración positiva de las acciones, junto con la percepción de que estas contribuyen a mejorar su salud mental, subraya la efectividad de las iniciativas implementadas, donde la juventud ha adquirido herramientas valiosas que no solo benefician su bienestar presente, sino que también influyen positivamente en su futuro.
En relación a las acciones destinadas a profesionales, se puede destacar la oferta de formación especializada, en la que han participado más de 400 personas, considerando que el contenido recibido es útil en su trabajo y donde más del 98% afirma haber mejorado sus conocimientos en salud mental para la intervención con jóvenes. Asimismo, otras iniciativas como el congreso y los seminarios de transferencia han tenido un impacto indirecto en más de 8.500 jóvenes, en estos espacios se ha facilitado el intercambio de buenas prácticas, fortaleciendo la colaboración efectiva entre profesionales.
A través de las diferentes iniciativas, se ha logrado fortalecer las capacidades de diferentes profesionales que intervienen con la población joven en situación de desempleo o precariedad laboral, representando así un compromiso continuo con el avance y la mejora en el campo de la salud mental y el bienestar emocional. Por estas razones, los resultados indican que las iniciativas implementadas han tenido un impacto positivo tanto en profesionales como en jóvenes, contribuyendo significativamente a la mejora de la salud mental y la empleabilidad juvenil.
4. Conclusiones
De acuerdo con la investigación realizada, no toda condición de actividad laboral supone una mejora en el estado general de salud mental de la población joven. Es decir, más allá de tener empleo, es tener empleo digno, fuera de condiciones de precariedad laboral, lo que se relaciona con un mejor estado de salud mental, menor riesgo de suicidio y mayores niveles de bienestar emocional.
Los datos indican altos niveles de incertidumbre sobre el futuro del trabajo y perspectivas negativas respecto a alcanzar objetivos en la vida entre las personas jóvenes encuestadas.
Además, se detecta que un peor estado de salud mental, determinado por la falta de empleo o por condiciones de empleo precarias, impacta en la empleabilidad del o de la joven y limita la percepción de utilidad de los recursos de búsqueda y mejora de empleo.
En cuanto a las necesidades, la juventud participante del estudio expresa demandas concretas para que el apoyo en materia de salud mental se incluya en los itinerarios de empleo; una cuestión que las y los profesionales comparten y concuerdan en que es un reto necesario.
A lo largo del desarrollo de esta plataforma se pueden destacar valiosos aprendizajes, observando que la intervención temprana y la promoción de la salud mental son fundamentales, así como la importancia de involucrar a las personas jóvenes en la toma de decisiones y adaptar las intervenciones a sus necesidades cambiantes.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos y resultados positivos, persisten desafíos significativos en la población joven desempleada o en situación de precariedad laboral, puesto que la falta de oportunidades laborales estables sigue siendo un factor estresante importante que subraya la necesidad de un compromiso continuo y de abordar desafíos sistémicos más amplios.
En resumen, la Plataforma para la Salud Mental y la Empleabilidad Juvenil ha contribuido de manera positiva a la mejora de la salud mental y bienestar emocional, el acceso a recursos y la empleabilidad de la juventud. Reconocemos la importancia de seguir en este 2024 con nuestro compromiso y trabajar en conjunto para abordar los desafíos persistentes y construir un futuro más saludable y prometedor para la población joven en situación de vulnerabilidad.
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