Resumen
El sector deportivo ha aumentado en los últimos años la cualificación de los trabajadores que se desempeñan en él, sin embargo, este crecimiento no siempre refleja una formación específica en el ámbito. Tal es el caso que numerosos profesionales que desempeñan funciones profesionales determinantes, como los entrenadores o los directores técnicos deportivos, poseen títulos en áreas no relacionadas con la educación física y el deporte. Esto da lugar a sesgos en la interpretación de las estadísticas disponibles sobre cualificación, distorsionando así la percepción de la profesionalización del sector e impactando negativamente en la calidad y la seguridad de los servicios prestados. El objetivo de este trabajo es advertir la citada distorsión y alertar de cómo trabajadores sin una cualificación específica en educación física y deporte pueden estar ocupando puestos que requieren una formación especializada en dicho ámbito. Los resultados de nuestra investigación revelan que el desajuste entre la cualificación y las funciones desempeñadas puede llevar a una falsa imagen de profesionalización que no se corresponde con las competencias realmente necesarias para garantizar un servicio de calidad. A modo de conclusión, alentamos a realizar un análisis más detallado de los datos de cualificación, diferenciando entre el nivel de estudios alcanzado y la formación específica en el ámbito de la educación física, la actividad física y el deporte. Esta distinción permitirá diseñar políticas laborales más efectivas y garantizar que los profesionales estén realmente preparados para desempeñar funciones especializadas en el sector, mejorando así la calidad de los servicios prestados y su impacto social.
Palabras clave: Profesionalización; Nivel de cualificación; Estadísticas; Impacto social; Empleo cualificado; Educación Física; Deporte.
1. Introducción
En los últimos tiempos, se están intentando naturalizar interpretaciones sobre el mercado de trabajo que desafían la importancia de ajustar la formación a las labores que cada individuo desempeña, olvidando la antigua idea Platónica de que cada individuo debía desempeñar la labor para la cual está mejor capacitado. Si la educación es un medio para identificar las habilidades naturales de cada persona y asignarle su rol correspondiente, ¿cómo justificar entonces la justicia social si esta no se alcanza cuando no se trabaja conforme a la cualificación y la naturaleza de cada persona?
Estamos asistiendo a un complejo proceso de transformación y diversificación del mercado de trabajo que no tiene precedentes en nuestra historia. Tal es el caso que, si las políticas de empleo se llevan a cabo sin partir de las cifras y los tipos de cualificación adecuados y existentes de las personas ocupadas en los distintos sectores, lo que ahora se presenta como un proceso complejo podría enmarañarse en poco tiempo hasta comprometer el análisis de la realidad, tan importante para la subsiguiente toma de decisiones políticas, estratégicas y operativas acertadas en la materia de la organización del empleo. En concreto, la falta de claridad entre el nivel, el tipo de cualificación y el trabajo que desempeñan quienes se dedican al deporte podría contribuir a una mayor incertidumbre en la interpretación del mercado laboral en este sector y, por ende, la implementación exitosa de políticas de empleo aumentaría la probabilidad de quedarse, en el mejor de los casos, en un mero intento.
Según las estadísticas disponibles1, en el ámbito deportivo ha habido un aumento en el nivel de cualificación, pero ¿de qué tipo? ¿Qué nos dicen las cifras? En este artículo fundamentamos la importancia de reportar las cifras de los niveles de cualificación de las personas ocupadas en el deporte junto con el tipo de cualificación que ostentan.
1Las estadísticas deportivas se derivan de la Encuesta de Población Activa de la Unión Europea (EU-LFS) dado que Eurostat, la agencia estadística europea, no recopila datos específicos sobre deporte mediante una encuesta específica. La principal fuente de información sobre el mercado laboral y las tendencias del empleo en la Unión Europea de los 27 y Reino Unido pueden extractarse a partir de la recopilación que efectúa el Observatorio Europeo del Deporte y el Empleo (EOSE), disponibles en la siguiente dirección [consultado el 8 de octubre de 2024]: https://www.eose.org/labour-market-statistics-2022-available/.
2. Las primeras investigaciones en torno a la estructura ocupacional en el deporte
Las pioneras investigaciones en torno a la estructura ocupacional del deporte en España advirtieron de la importante transformación del deporte en la sociedad contemporánea. Los estudios desarrollados entonces permitieron advertir el significativo crecimiento de la literatura científica en torno al conocimiento de los beneficios de la actividad física y del deporte. A partir de este conocimiento, a principios de los años noventa en España tan sólo se contaba con las primeras encuestas realizadas por el INE en 1968 sobre los hábitos deportivos de la población española. Esta encuesta, a partir de las contribuciones de la escuela francesa encabezada por Michel Bouet (1968) y Pierre Bourdieu (1978; 1993), contempló por primera vez las desigualdades sociales existentes según la variable género u otras de carácter socioeconómico determinantes de las desigualdades de práctica de actividad física. En el marco de la importante eclosión del deporte de nuestro país, la cual permitió conocer desde su conformación las cifras de practicantes, entre otros prismas de la realidad social enmarcados desde la transición democrática, la consolidación del Estado del Bienestar a partir de los ayuntamientos y el resto de las administraciones públicas, y los procesos de modernización social y económica, todavía en la precitada década se desconocían algunos de los escenarios relativos a los efectos y las causas del deporte en España (Martínez del Castillo, 1995).
Uno de los escenarios más importantes para hacer frente a las citadas desigualdades en la España de los noventa era precisamente la faceta del empleo deportivo. Las consecuencias de tal desconocimiento fueron advertidas por estudios recientes en la literatura española como los llevados a cabo por Jesús Martínez del Castillo y José Luis Hernández Vázquez a partir de la publicación del monográfico número cuatro por el Consejo Superior de Deportes, y titulado Estructura ocupacional y mercado de trabajo en el deporte, perteneciente a la colección seriada de investigaciones en ciencias del deporte.
Antes de estos importantes trabajos, en España existía un único estudio de ámbito nacional realizado en 1973 por el INE. Sin embargo, tal y como advirtió Martínez del Castillo (op. cit., 1995), este estudio ya no reflejaba la realidad de la estructura ocupacional del momento. Este mismo autor, a partir de una contribución previa concerniente al objeto de estudio de las instalaciones deportivas, se refirió al deporte desde un punto de vista fenomenológico como un sector económico compuesto por un dinamismo capaz de frenar la reducción del empleo en sectores secundarios como la industria y la construcción (a partir de la consecución de las instalaciones deportivas, por ejemplo); y al crecimiento de los puestos de trabajo (Ibid, 1991).
Pues bien, a la ya elevada importancia política, económica y social atribuida a este objeto a partir de la incertidumbre que entonces enfrentaban las administraciones públicas, unido a la creación del Acta Única creada en 1993 y la creciente evolución de los recursos humanos en las empresas y las organizaciones propias de la sociedad moderna e industrializada (Ibid, 1995), en la actualidad nos hallamos en un escenario social y económico que se enfrenta a la administración del capital social logrado en el proceso de profundización del Estado del Bienestar en algunas autonomías a partir de la regulación del ejercicio de determinadas profesiones de la actividad física y del deporte. En esta misma dirección, investigaciones posteriores observaron la complejidad de los procesos de transformación de este mercado de trabajo dada la gran multifuncionalidad observada en España para estos profesionales (Campos-Izquierdo et al., 2016). La Figura 1 muestra el mercado laboral deportivo total de la Unión Europea de los veintiocho países como porcentaje del empleo total considerando todos los sectores.
Nota. Adaptado de «European research report latest european sport and physical activity labour market statistics», (p. 26), por EOSE, 2021.
Asimismo, en continuación con el informe de EOSE (Ibid, p. 26, Traducción propia):
"El empleo deportivo se ha visto significativamente más afectado en comparación con el empleo en todos los sectores económicos de la UE (-1,25 %). El empleo remunerado de las trabajadoras disminuyó un 5,9%. Esto representa el 71,83% de todas las pérdidas de empleo en 2020. El número total de personas que trabajaban en un empleo remunerado en el sector del deporte en la UE a finales de 2020 era de 1.726.791 (Figura 2, los autores de esta memoria). Esto supone un aumento con respecto a los 1.480.366 de 2011 y representa un crecimiento del 16,6 % con respecto al periodo de 10 años. Estos totales no incluyen personal/voluntarios no remunerados. 2020, sin embargo, muestra una caída, con el sector perdiendo 66 662 posiciones durante ese período, lo que representa una caída (-3,7%). El único paralelo en esta investigación es el año 2013, donde una caída aparente probablemente se debió a un cambio en la forma en que las ONE y Eurostat compilaron sus estadísticas."
Nota. Adaptado de «European research report latest european sport and physical activity labour market statistics», (p. 26), por EOSE, 2021.
La crisis sanitaria que atravesó el mundo desde 2019, ha traído consigo un cambio de paradigma social. Sin embargo, mientras avanza dicha transformación social, la economía de mercado está buscando estrategias para adaptarse a los nuevos escenarios que trazarán los comportamientos de los consumidores del tercer sector, entre los que se encuentran los orientados a la actividad física y el deporte. La clasificación de los países mostrados en la leyenda de la Figura 3 permite conocer el estado del desarrollo de un país junto con el número de estudios académicos importantes abordados en este ámbito de la política. En este escenario de crecimiento enmarcado en una economía de mercado, parece lógico que una de las industrias (y mercado) que ha experimentado un mayor crecimiento es la propia del fitness.
De acuerdo con la sociedad actual, el filósofo y sociólogo reflexivo esloveno Zygmunt Bauman halló en la modernidad líquida una explicación sociológica entendiendo el trabajo como principal actor de cambio: «La comunidad brinda seguridad, pero para ello sustrae espacios a la libertad; la individualización propia de nuestros días, consecuencia de la liberación personal de las ataduras sociales, amplía las perspectivas del horizonte de realización personal, pero a costa de la ausencia de vínculos sociales estables a los cuales asirse ante las fuerzas abstractas y desintegradoras de la modernidad líquida.» (González, 2007, p. 190).
Siguiendo a Bauman, el principal actor de cambio es, precisamente, el trabajo. Pues bien, de acuerdo con la problemática sociolaboral existente, y en continuación con el precitado informe europeo, se plantean unos cambios predichos en la literatura precedente, pero latentes de conocimiento en el territorio español. Más concretamente, en Europa (Ibid, pp. 1-36):
"El empleo juvenil (menores de 25 años) se reduce un 7,9%, las mujeres menores de 25 años experimentaron un doble golpe: una caída del 17,5 %, los trabajadores con bajo nivel educativo bajaron un 18,3%, los puestos a tiempo parcial perdieron un 6,2%, el único grupo que muestra un aumento es el de los autónomos (+6,7%), el número total de trabajadores del deporte y el fitness (atletas y jugadores, entrenadores, instructores y oficiales) solo disminuyó un -1,4 % (frente al -3,7 % del mercado laboral deportivo en su conjunto), el empleo de las trabajadoras del deporte y el fitness se redujo un 4,1 % (frente al 5,9 % del mercado laboral del deporte en su conjunto), el número de trabajadores del deporte y del fitness en el grupo de edad menor de 25 años disminuyó un 2,3 % (en comparación con el 7,9 % en el mercado laboral del deporte en su conjunto), el número de trabajadores deportivos y de fitness a tiempo parcial disminuyó un 4,6% (en comparación con el 6,2% en el mercado laboral deportivo en su conjunto), el trabajo por cuenta propia aumentó un 2,8% (frente al 6,7% del conjunto del mercado laboral deportivo)."
El hecho de que solamente practique actividad física de forma regular un 20% de la población supone un impedimento para la creación de empleo y el incremento del producto interior bruto. Los beneficios conocidos por la actividad física parecen, asimismo, inalcanzables si no se cuenta con un mercado de profesionales debidamente cualificados orientado a satisfacer las distintas demandas y necesidades. ¿Acaso no parece lógico señalar que el reducido número de practicantes de actividad física puede ser explicado también a partir de la falta de regulación profesional y el intrusismo laboral en este ámbito? Y, con todo ello, cabe preguntarse además el siguiente interrogante: ¿qué nuevos retos organizativos plantean estos escenarios e interrogantes para seguir creciendo en el número de personas practicantes y los diferentes mercados deportivos? ¿Acaso la conformación de una nueva estadística para el empleo en el deporte podría contribuir a discriminar la incertidumbre organizativa que plantean la compleja realidad social diagnosticada?
Para dar respuesta a estos importantes interrogantes estratégicos, conviene advertir primero que en nuestro país no se cuenta actualmente con una fuente de referencia que permita aglutinar de forma homogénea el conocimiento existente sobre el empleo deportivo, tal y como han corroborado otros observatorios de empleo como en Francia, Italia, Reino Unido y el mismo —y citado previamente— Observatorio Europeo de Empleo Deportivo. Y, pese a ello, tampoco existe homogeneidad en la estadística revisada en Europa. ¿Cómo responderlo entonces? Veámoslo más de cerca en los siguientes apartados partiendo de una mirada al nivel de cualificación de los trabajadores del deporte.
3. El nivel de cualificación de los trabajadores del deporte
En la última década, el sector deportivo ha visto un aumento significativo en el nivel de cualificación de sus trabajadores. Según los datos revelados por los proyectos ESSA-SPORT y SKILL, llevados a cabo por EOSE en colaboración con Eurostat, más de un tercio de los empleados del deporte en Europa tienen cualificaciones de nivel alto. En apenas una década, el crecimiento de los profesionales cualificados ha crecido casi diez puntos, a la par que se ha producido un descenso de un 3,3% en el nivel de cualificación medio, relegando a una minoría de un 12,7% a las personas con cualificaciones de nivel bajo. Tal es el caso, que la fuerza laboral en el deporte con un nivel de cualificación alto se encuentra por encima del promedio europeo. Qué duda cabe que esta información sugiere una tendencia hacia la profesionalización del sector, mostrando a su vez una mayor demanda de perfiles altamente cualificados. Sin embargo, lo cierto es que cuando se profundiza en estos números surge una cuestión clave que invita a una reflexión más crítica: ¿la cualificación registrada refleja realmente la formación específica en el ámbito deportivo, o simplemente representa el nivel educativo general del trabajador, independientemente de su relación con el deporte? ¿De qué tipo es ese nivel de cualificación alto que reverberan los informes?
En efecto, lo que queda sin abordar en estas cifras es si las cualificaciones de estos trabajadores están realmente relacionadas con la educación física, la actividad física y el deporte, y las tareas que desempeñan. En muchos casos, los profesionales que trabajan como instructores, entrenadores o directores cuentan con títulos universitarios en áreas completamente ajenas, como ingenierías, psicología, economía o fisioterapia. Asimismo, es probable que estas personas se sienten atraídas por el ámbito deportivo debido a un interés personal, pero no por ello cuentan necesariamente con formación específica en educación física, actividad física y deporte.
Este fenómeno, por lo tanto, plantea una problemática en la interpretación de los datos de cualificación en el sector deportivo europeo que nos conduce a advertir que las estadísticas suelen basarse en el "nivel máximo de estudios" alcanzado por los trabajadores, sin preguntar si esa formación está directamente relacionada con la ocupación que desempeñan. Y esto último, en definitiva, genera un sesgo que distorsiona la percepción sobre la cualificación real de los empleados en términos de su adecuación a las funciones que realizan2.
El Anuario de Estadísticas Deportivas3, realizado por la Subdirección General de Estadística y Estudios del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes del Gobierno de España, presenta, a partir de datos recopilados de diversas fuentes estadísticas, una selección de los resultados estadísticos más significativos en el ámbito deportivo. Para el tema que nos ocupa, el empleo y el deporte, es la única herramienta oficial de ámbito estatal que nos permite disponer de datos específicos sobre empleo y deporte en España. De este informe podemos extraer, y comparar con los últimos doce años, que las personas tituladas en cualquiera de las enseñanzas vinculadas al deporte pueden cubrir la demanda del empleo por personal apropiadamente cualificado. No obstante, lo cierto es que tales conclusiones no pueden sino inferirse, analizarse e interpretarse críticamente teniendo en cuenta que tanto la Clasificación Nacional de Ocupaciones como la Clasificación Nacional de Actividades Económicas no reflejan adecuadamente el sector deportivo, lo que nos lleva a concluir que no es posible alcanzar una ilación factible (ni siquiera aproximada) ni del sector que nos ocupa ni de sus subsiguientes subsectores, trayendo consigo conclusiones basadas en meras estimaciones o ajustes comparativos basados en conjeturas.
Veamos un ejemplo. Según el precitado anuario, en el año 2023 la cifra de personas matriculadas en enseñanzas superiores de grado, máster y doctorado en materia deportiva se redujo a apenas un 1,5%, lo cual supone medio punto menos que en 2020. Si afirmamos que alrededor del 10% de los profesionales con titulación universitaria en el sector deportivo tienen un título de Grado o Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFyD), solamente estaríamos planteando una hipótesis arbitrariamente conducida a partir de la deducción y la inferencia de los datos comparables. Viendo las cosas más de cerca, y con la información técnica y científica disponible sobre empleo y deporte encima de la mesa, a día de hoy desconocemos el número de personas que trabajan en el sector deportivo que han obtenido cualquier titulación de las enseñanzas deportivas oficiales (régimen especial, periodo transitorio, formación profesional y Grado en CAFyD). Con ello sostenemos que las estadísticas disponibles en este informe apenas suponen una herramienta de análisis seminal en número de empleos, egresados y empresas vinculadas al deporte.
Pero al tiempo que en España no podemos responder con cierta precisión a la pregunta de cuántos titulados en enseñanzas vinculadas al deporte están trabajando en el deporte, la estadística europea muestra que más de un tercio de los trabajadores del sector ostentan una "alta cualificación". En efecto, este desfase entre la cualificación académica específica en deporte y las cifras globales plantea preguntas sobre la validez de los datos y sobre cómo se está midiendo la cualificación dentro del sector. Es por ello que nos planteamos el siguiente interrogante: ¿es el deporte una atracción para profesionales con altos niveles de educación de otros sectores?
2Existen tres estándares clasificatorios de las ocupaciones y su taxonomía que deben ser conocidos para este análisis. En primer lugar, NACE (Nomenclature statistique des activités économiques dans la Communauté européenne), es la clasificación estadística de actividades económicas en la Unión Europea. Establecida en 1970 y actualizada en 2023, se implementará gradualmente a partir de 2025. En segundo lugar, la Clasificación Internacional de Ocupaciones (ISCO), gestionada por la Organización Internacional del Trabajo agrupa, por su parte, ocupaciones según el nivel educativo, empleando para ello sus versiones más recientes ISCO-88 y ISCO-08. Por último, ESCO (European Skills, Competences, Qualifications and Occupations) es una clasificación multilingüe que describe 3.039 ocupaciones y 13.939 habilidades de referencia para el mercado laboral europeo, y permite facilitar la vinculación entre solicitantes de empleo y las oportunidades laborales. Pese a que los códigos están en continua evolución, ESCO es una herramienta que elabora una taxonomía y, además de enumerar ocupaciones, considera un análisis de habilidades. Pues bien, es precisamente esta última la que contempla específicamente a los profesionales de la actividad física, la educación física y el deporte. Sin embargo, la estadística europea para el mercado deportivo solamente tiene en cuenta los estándares NACE e ISCO, en cuyo análisis no priorizan el tipo de cualificación frente al nivel de la misma.
4. La pregunta por el deporte como atractivo para profesionales con alta cualificación de otros sectores
Veamos las cosas con una perspectiva histórica a partir del trabajo publicado en 2020 por Eurofound (2020). La pandemia de COVID-19 trajo consigo nuevas tendencias en el empleo deportivo, entre ellas el incremento del así llamado emprendimiento (o empleo por cuenta propia o freelance). Más concretamente, su irrupción en 2020 tuvo un impacto significativo en el empleo en el sector deportivo, y es aquí donde se observa otro cambio importante en las dinámicas laborales. Las cifras de 2020 muestran una reducción en la proporción de trabajadores con cualificaciones de nivel alto (-9,2%) y bajo (-18,3%) respecto al año anterior, mientras que aumentaron aquellos con cualificaciones de nivel medio (+3,3%). Este descenso en la contratación durante la pandemia puede explicarse en parte por la reticencia de los empleadores a incorporar nuevos trabajadores en un periodo de incertidumbre, pero también es revelador de otra tendencia: el aumento del emprendimiento entre los trabajadores más cualificados. Ello nos conduce a pensar que tanto el proceso de digitalización acelerada como la aparición de nuevos modelos de negocio y la aparición de novedosos servicios deportivos han abierto nuevas oportunidades para que estos profesionales se establezcan como emprendedores o freelances, y, como consecuencia, los profesionales con niveles altos de educación, especialmente aquellos con habilidades transferibles al deporte, parecen estar más inclinados a explorar opciones de empleo independientes o relacionadas con la creación de nuevas iniciativas empresariales en el sector deportivo.
5. Una lectura crítica de la realidad laboral para la planificación de la empleabilidad sostenible en el deporte
Digamos que, al menos mientras se perfeccionan los métodos e instrumentos de investigación sobre la estructura ocupacional en el deporte, lo que estos datos ponen de manifiesto es la necesidad de interpretar las estadísticas de cualificación del sector deportivo con mayor profundidad, y en su contexto social y laboral. Dicho de otro modo, el hecho de que un trabajador tenga una alta cualificación no significa necesariamente que esa formación sea pertinente para las tareas que desempeña en el deporte. Es por ello que esta realidad puede estar creando una falsa imagen de profesionalización en el sector, que se reproduce sistemáticamente cuando numerosos trabajadores sin una adecuada cualificación están trabajando en funciones que requieren una determinada cualificación específica en deporte.
Esta discrepancia es algo que rara vez queda reflejado en los estudios o estadísticas oficiales, como las que publica el Gobierno de España cada año, y que debe ser subrayada para tener una visión más precisa del estado real de la cualificación del sector en España, a la vez que se establecen mecanismos que permitan contrastar la realidad social y laboral de cada país con la tendencia que arrojan las estadísticas europeas sobre el mercado deportivo.
6. La importancia de distinguir el tipo de cualificación más allá del nivel alcanzado
Pese a los contrastados beneficios en la esperanza de vida, la salud y la calidad de vida de las personas físicamente activas, el último Eurobarómetro deportivo muestra que estos beneficios solamente llegan a un 45% de la población europea. Algunos países, como España, apenas alcanza un 20% de practicantes regulares (European Comission, 2021). La falta de formación específica en educación física, actividad física y deporte podría afectar a la calidad de la intervención tanto en las funciones de dirección técnica, como en la prestación directa del servicio. La primera de ellas, encargada de identificar los segmentos de clientes a los que se dirigen los profesionales, es determinante para adaptar el servicio a sus necesidades, expectativas y posibilidades (sobre todo en las personas que más lo necesitan en el marco de su demanda latente), y seleccionar al personal adecuado al tipo de servicio y clientes. Por su parte, la segunda es relevante para adaptar el servicio a las expectativas y características de estos clientes (Martínez del Castillo, 2014).
Pues bien, en manos de profesionales que no se encuentran debidamente cualificados ni en la dirección técnica del servicio ni en su prestación, las tasas de abandono en la práctica regular y continuada de actividad física se incrementarían, a la vez que se sucederían los problemas para fidelizar a los clientes y usuarios de los servicios de actividad física, educación física y deporte, trayendo consigo un consecuente impacto económico, social y sanitario, por no avanzar el efecto demoledor que supondría en personas que no son sanas y adultas. Un peso económico y social nada desdeñable como para concluir que el análisis de los datos de cualificación en el deporte debe ir más allá de las cifras superficiales y considerar el tipo de formación que los trabajadores aportan a sus puestos, cuando menos lejos de las afirmaciones que sostienen que el deporte es un sector libre al que no hay que aplicar ninguna restricción ligada al interés general.
7. Conclusión
Hemos alertado que existe un sesgo en la manera en que se recogen y presentan estos datos, ya que no se distingue entre la cualificación máxima alcanzada y la cualificación específica para el deporte. Para entender realmente la profesionalización del sector deportivo, ajustar los criterios de medición y empezar a diferenciar entre los trabajadores que tienen una formación directamente relacionada con sus funciones deportivas frente a aquellos que provienen de otros ámbitos pero que se insertan en el deporte porque poseen habilidades transferibles, o directamente porque muestran una inclinación personal, se torna no solamente fundamental, sino urgente para preservar la calidad y la seguridad de los servicios de educación física, actividad física y deporte que se ofrecen y se prestan a la ciudadanía.
Asimismo, hemos visto que la interpretación de los datos de manera crítica y ajustada a la realidad laboral es fundamental, pero por sí misma únicamente constituye el primer paso para impulsar una verdadera profesionalización en el deporte. El siguiente paso sería la obtención de los datos precisos para poder diseñar políticas laborales más efectivas y adecuadas a la realidad del sector deportivo. Todo sea con tal de garantizar que la formación de los trabajadores esté alineada con las necesidades específicas que requiere. Si Platón dilucidó que la educación adecuada para cada persona es determinante para que esta pueda desempeñar su rol en la sociedad de manera eficiente y justa, la excelencia implica, en la práctica, realizar correctamente aquello para lo que uno está mejor capacitado. En definitiva, el nivel de cualificación es importante, pero este ha de adecuarse a la labor que se desempeña.
Referencias
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Bourdieu, Pierre (1991). El sentido práctico. Taurus: 113-135.
Bourdieu, Pierre (1993). Deporte y clase social. En: Brohm, J. (1993). Materiales de sociología del deporte. La Piqueta.
Campos-Izquierdo, A., González-Rivera, M. D., & Taks, M. (2016). Multi-functionality and occupations of sport and physical activity professionals in Spain. European Sport Management Quarterly, 16(1), 106-126.
Eurofound (2020), New forms of employment: 2020 update, New forms of employment series, Publications Office of the European Union, Luxembourg.
European Commission. (2021). Special Eurobarometer 525: Sport and physical activity. https://europa.eu/eurobarometer/surveys/detail/2668.
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Martínez del Castillo, J y Hernández Vázquez, J.L., (1995). Estructura ocupacional y mercado laboral en el deporte. Ministerio de Educación y Ciencia.
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Ministerio de Educación y Formación Profesional. (2024). Anuario de estadísticas deportivas 2024. https://www.educacionfpydeportes.gob.es/servicios-al-ciudadano/estadisticas/deportes/anuario-estadisticas-deportivas.html