RESUMEN
La Ley Orgánica 2/2023 del Sistema Universitario (LOSU) y el Real Decreto 822/2021, por el que se establece la organización de las enseñanzas universitarias, incorporan la formación permanente como un nuevo ámbito de actividad académica docente que será de especial relevancia y que deberá tener un carácter estratégico en los planes futuros de las universidades españolas. En particular, se hace referencia a las microcredenciales como una oferta formativa que combina metodologías flexibles y modulares que tendrán que contribuir a ampliar las oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida de todas las personas, a mejorar sus competencias en el ámbito profesional y a responder a las necesidades de una sociedad que cambia a gran velocidad
En las líneas siguientes intentaremos responder a algunas cuestiones relevantes alrededor de la microcredenciales universitarias: ¿qué son? ¿Por qué hay que implementarlas? ¿Para qué y quienes serán imprescindibles? ¿Cuándo y cómo se deben implementar
El contexto
El Consejo de la Unión Europea (UE) adoptó en junio de 2022 una propuesta del Consejo Europeo [1] relativa a un enfoque europeo sobre microcredenciales para el aprendizaje permanente y la empleabilidad. En ella se recomienda una lista de medidas que los Estados miembros de la UE podrían considerar aplicar para apoyar el desarrollo de un ecosistema de microcredenciales y aprovechar su potencial para apoyar el aprendizaje permanente y la empleabilidad. Se invitaba a los Estados miembros de la UE a aplicar la Recomendación del Consejo y a informar a la Comisión de las medidas nacionales previstas antes de diciembre de 2023.
Los gobiernos de otras regiones, en particular de Asia-Pacífico y Norteamérica, están tomando medidas similares para desarrollar una infraestructura política para las microcredenciales. La OCDE puso en marcha en agosto de 2022 un proyecto de implantación de microcredenciales para ayudar a los países en sus esfuerzos por desarrollar medidas nacionales. Su objetivo es reforzar las evidencias sobre el potencial actual y a corto plazo de las microcredenciales, identificar los retos relacionados, y esbozar enfoques prácticos y medidas que los países pueden adoptar para aprovechar ese potencial. Se desea tener más evidencias acerca de si realmente las microcredenciales contribuyen a la mejora de la empleabilidad, ampliar el acceso a la enseñanza superior desde la formación profesional y promover la inclusión social de estudiantes y trabajadores más desfavorecidos.
A nivel nacional, la LOSU incorpora la función de las universidades como instituciones de formación a lo largo de la vida a lo largo del articulado. En concreto, la LOSU hace mención a las microcredenciales en su Artículo 7.5:
«La formación a lo largo de la vida podrá desarrollarse mediante distintas modalidades de enseñanza, incluidas microcredenciales, micromódulos u otros programas de corta duración».
Previamente, el RD 822/2021, define, en el Artículo 37, la formación permanente como una «serie de enseñanzas cuya finalidad es fortalecer la formación de ciudadanos y ciudadanas a lo largo de la vida». Este RD hace referencia explícita a las microcredenciales en el Artículo 37.8 que establece que:
«Igualmente, las universidades podrán impartir enseñanzas propias de menos de 15 ECTS que requieran o no titulación universitaria previa, en forma de microcredenciales o micromódulos, que permitan certificar resultados de aprendizaje ligados a actividades formativas de corta duración. En ningún caso estas enseñanzas podrán confundirse con las titulaciones ofertadas por los centros de Formación Profesional de Grado Medio o Grado Superior».
En este contexto, el Plan de Acción para el Desarrollo de Microcredenciales Universitarias en España, presentado el pasado año por el Ministerio de Universidades, apuesta por la conveniencia de organizar la formación a lo largo de la vida en la sociedad actual a través de un nuevo marco formativo de microcredenciales. El documento describe las propiedades distintivas de este nuevo marco, que debe ser entendido como adicional. Se destaca la adaptabilidad a las necesidades del mercado laboral; la flexibilidad en diseño, competencias y métodos docentes, y la importancia de la evaluación y el seguimiento para garantizar su efectividad y relevancia.
El Plan hace un llamamiento a la experimentación para discernir qué diseños, contenidos, formatos, enfoques pedagógicos, tecnologías, formas de provisión o combinaciones de profesorado funcionan, para qué clase de público y para qué objetivos de aprendizaje. Sugiere que sea un proceso iterativo de aprendizaje y mejora. Por consiguiente, se asume implícitamente que es necesario mejorar las evidencias disponibles al respecto y realizar un proceso paulatino de implementación de la hoja de ruta correspondiente.
[1] Council of the European Union (2022), Council recommends European approach to micro- credentials, Council of the European Union, Brussels, https://www.consilium.europa.eu/en/press/press-releases/2022/06/16/council-recommends- european-approach-to-micro-credentials/ (accessed on 8 December 2022).
¿Qué son y qué caracteriza a las microcredenciales universitarias?
En primer lugar, son una certificación de resultados de aprendizaje de carácter específico, verificables, acumulables, transferibles y emitidas desde un ámbito universitario bajo unas condiciones de garantía de calidad que respondan, en el ámbito europeo, a las directrices establecidas en el Marco de Garantía de Calidad Europeo para la Educación Superior (ESG, 2015).
En España, el RD 822/2021 las define como enseñanzas propias, en los términos recogidos anteriormente y que tendrían que focalizarse en lograr competencias específicas que precise el mercado laboral o bien otras demandas que se pudieran producir en la población en general. Por consiguiente, podemos estar hablando tanto de formación altamente especializada para puesta al día de conocimientos como de actividades formativas orientadas a grupos desfavorecidos o vulnerables que quieran adquirir esos mínimos conocimientos que les permitan acceder al sistema universitario.
La oferta tendrá que adaptarse a las circunstancias particulares de las personas que pretendan recibir esa formación y exigirá que esta se produzca en diferentes tipos de modalidades de impartición docente: presencial, híbrida y virtual. Todo ello sin olvidar que los procesos de evaluación deberán ser individualizados y con todas las garantías de que los resultados de aprendizaje hayan sido debidamente diseñados y ejecutados.
Un aspecto fundamental en la certificación de la microcredencial universitaria será vincularla de manera adecuada a un nivel de cualificación reconocible. Existen diferentes marcos, tanto académicos como profesionales, así como europeos y nacionales. Tanto el Parlamento Europeo como el Consejo Europeo recomiendan utilizar el Marco Europeo de Cualificaciones para el aprendizaje permanente (MEC). Parece que esta referencia es adecuada y muchos países con marcos propios (como España) establecen las equivalencias correspondientes con dicho MEC.
¿Por qué necesitamos un plan de microcredenciales universitarias?
El rápido desarrollo tecnológico ha acelerado extraordinariamente la obsolescencia de las competencias profesionales de un gran número de ciudadanos, con el consiguiente riesgo de fractura social relacionada con los efectos indeseables que estas circunstancias puedan provocar en el empleo.
La OCDE [2] estima que en media cerca del 50% de los empleos actuales en los países que la componen están en riesgo de convertirse en trabajos automatizados (España se sitúa un poco por encima de dicha media). Esta situación en si misma plantea un reto muy importante para toda la OCDE. En el caso español, los datos apuntan en una dirección más preocupante si cabe. La posición de nuestro país en competencias y habilidades se encuentra en las últimas posiciones, incluyendo la comprensión lectora y la habilidad matemática. Y este mal resultado se reproduce, independientemente del nivel educativo analizado.
Pese a que necesidades de recualificación de la población adulta en España son elevadas, y en términos comparativos con los países de la OCDE estas son más acuciantes todavía, en España la formación a lo largo de la vida es comparativamente también baja. Esta combinación de bajas competencias y habilidades con una reducida formación permanente nos obliga impulsar planes formativos adecuados a las necesidades futuras de nuestra ciudadanía y ayudar a alcanzar el objetivo de que el 60% de todas las personas adultas participen en formación cada año, tal y como se establece en el Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales y tal como acordaron los dirigentes de la UE y se aprobó mediante la Resolución del Consejo sobre un nuevo plan europeo de aprendizaje de adultos 2021-2030
La distribución de estudiantes en las universidades públicas españolas se concentra mayoritariamente en la rama de edad por debajo de los 30 años (más del 95% en los estudios de Grado y más del 80 % en el caso de Master). En las universidades privadas este porcentaje es más bajo en el caso de estudiantes de Master.
Sin embargo, la reducción demográfica futura de las cohortes de 18 a 30 años debe hacer reflexionar a las universidades acerca de la importancia de impulsar, con carácter estratégico, la formación de adultos a lo largo de toda la vida que venga a suplir la caída de los estudiantes que se va a producir.
En definitiva, la necesaria mejora en la formación permanente de la ciudadanía y la reducción de estudiantes que por razones demográficas se producirá en las próximas décadas justifican el objetivo de introducir paulatinamente en la oferta académica de las universidades, formación en microcredenciales universitarias.
[2] Fuente: OECD Skills Matter; additional results from the survey of adult skills, 2019
Plan de acción de microcredenciales universitarias en España
El 19 de junio de 2023, el Ministerio de Universidades presentó el Plan de Acción para el desarrollo de microcredenciales universitarias en España. Este Plan de Acción fue diseñado con la colaboración de los ministerios de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Trabajo y Economía Social, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y Ciencia. El Plan se circunscribe al desarrollo de las microcredenciales universitarias y está estructurado en 41 actuaciones articuladas en cinco pilares estratégicos:
1. Estimular la formación a lo largo de la vida entre las personas adultas y empleadores.
2. Transformar las universidades en instituciones de formación para todas las edades.
3. Ofrecer microcredenciales de impacto laboral y educativo.
4. Garantizar el derecho a la formación de todas las personas adultas.
5. Facilitar itinerarios educativos personalizados en la edad adulta.
Los pilares 2 y 3 son los más directamente vinculados con las universidades y merecen una atención especial.
La transformación de las universidades supondrá la ampliación de las funciones de estas para convertirse en instituciones de formación a lo largo de la vida, como prevé la LOSU. Esto incluye la necesidad de desarrollar un sistema de gobernanza compartida en el que las administraciones implicadas jueguen un papel facilitador y de apoyo (financiación, establecimiento del marco normativo básico, facilitación de colaboración interuniversitaria, divulgación y promoción, interlocución con otros agentes).
Como el propio Plan indica, se requerirá financiación:
«la consecución de los objetivos planteados para la formación a lo largo de la vida universitaria requerirá una combinación de la optimización de los recursos actuales, aprovechamiento de las oportunidades tecnológicas, financiación adicional».
El RD 822/2021 establece el requerimiento de que los títulos propios se autofinancien. En relación con ello, se identifican vías de diversificación de la financiación pública de la oferta de microcredenciales, que incluyen financiación extraordinaria para una primera fase de lanzamiento (PRTR y 50M€); financiación pública básica; convenios con servicios de empleo; financiación europea; financiación pública ad hoc (eg. PERTE); financiación ligada a la acreditación de la excelencia de las unidades de formación a lo largo de la vida, de forma análoga a las convocatorias Severo Ochoa o María de Maeztu; financiación para la oferta de microcredenciales dirigidas a colectivos en situación de vulnerabilidad.
Además de este marco de financiación, en relación con este pilar se menciona que las universidades deberán emprender un proceso de planificación estratégica interno para determinar cómo quieren que sea su oferta de microcredenciales y cómo imbricarlas con las funciones nucleares de la universidad. Para ello, propone que conectarlas con la investigación podría ser una de las singularidades que puedan distinguir a las microcredenciales universitarias, que podrían funcionar como instrumento de transferencia.
Por otro lado, las universidades deberán llevar a cabo una profunda reflexión sobre cómo asegurar la participación de los sectores productivos, el alumnado potencial y el profesorado en este nuevo marco.
El tercer pilar de este Plan está centrado en el desarrollo de la capacidad de las universidades para detectar ámbitos en los que exista una carencia de personal cualificado y ofrecer soluciones en forma de microcredencial, para lo que propone establecer una colaboración estrecha y estable con empresas, entidades y administraciones. Esta tarea es, sin lugar a dudas, fundamental. Disponer de un sistema que nos permita identificar de forma dinámica las necesidades formativas del mercado laboral será condición necesaria para que la oferta de microcredenciales universitarias sea de utilidad.
La calidad de las microcredenciales, no solo requerirán un formato más breve, sino un diseño, contenidos, métodos docentes, evaluación de los aprendizajes y profesorado específicos y distinto de la formación inicial universitaria. Las modalidades de formación virtual o híbrida que se recogen el RD 822/2021, especialmente en modo asíncrono, confieren flexibilidad conveniente para estas microcredenciales.
En relación con la calidad, los títulos propios de formación a lo largo de la vida dependerán de los Sistemas internos de Garantía de la calidad de las universidades (SIGC), por lo habrá que reforzar estos procesos mediante mecanismos de evaluación externa como la acreditación institucional.
Interrogantes y desafíos en la futura implantación de microcredenciales universitarias
El desarrollo del Plan en el ámbito universitario conlleva grandes interrogantes y desafíos que las universidades deberán afrontar, y que el propio Plan identifica como retos:
• Para ser un instrumento de recualificación, es importante que las microcredenciales no se conciban únicamente desde la perspectiva de las propias universidades ni como una mera modularización de la oferta actual de títulos propios: deberán ser capaces de responder a las necesidades de conocimientos, habilidades y competencias de las personas trabajadoras y sus empleadores. Para ello, la oferta deberá ser dinámica, con procesos ágiles y frecuentes de formulación, modificación y supresión de microcredenciales.
• No pueden soslayar la realidad actual de las universidades. Deberá establecerse un sistema de incentivos y las condiciones adecuadas para las universidades y el personal.
En este punto, es especialmente importante el desarrollo de un sistema de financiación de las microcredenciales universitarias adecuado para los objetivos planteados. El Plan de acción contiene una medida de financiación inicial para el periodo 2023-26 con fondos PRTR de naturaleza temporal. Después de esta primera fase, el reto será la sostenibilidad, para lo que el Plan propone una diversificación de fuentes de financiación (matrículas, financiación estratégica AGE o CCAA, ayudas públicas, vinculación con SEPE mediante convenios).
• No deberán implicar solamente un cambio de formato, sino una transformación sustancial tanto en los contenidos como en los métodos pedagógicos y en la configuración de equipos docentes adecuados. Implicarán una alteración fundamental del estudiantado (de estudiantes jóvenes a adultos en formación a lo largo de la vida).
• Para poder servir como trampolín de acceso a la educación superior o combinarse en credenciales más amplias, deberán diseñarse procedimientos que lo permitan (tender puentes entre títulos oficiales y propios).
• Los datos muestran que, hasta ahora, las personas que más participan en formación a lo largo de la vida son las que tienen un mayor nivel de cualificación inicial, mejores salarios y que trabajan en empresas más grandes. Para poner las microcredenciales al servicio de la igualdad de oportunidades educativas y laborales, será necesario que al menos una parte se focalice en este objetivo y se asocie con instrumentos complementarios para eliminar las barreras de acceso y compleción.
• Las universidades tendremos que ser capaces de establecer una red de vinculación con muchos otros actores: empresas, gobiernos locales, otras universidades. En este contexto, debemos reivindicar nuestro protagonismo específico como agentes de alta calidad y experiencia formativa. No obstante hay riesgos evidentes, mientras sabemos colaborar bien en investigación, no hay la misma experiencia en estos ámbitos formativos: es un camino que, de nuevo, requiere flexibilidad y tiempo.
Conclusiones
1. El establecimiento de una estrategia activa para la impartición y desarrollo de titulaciones cortas certificadas como microcredenciales debe ser una clara prioridad en la política formativa de las universidades. Es fundamental la necesidad de desarrollar programas de educación a lo lago de la vida y, especialmente, las demandas de recualificación y mejora de las posibilidades de empleo.
2. Para que el desarrollo de microcredenciales universitarias cumpla realmente sus objetivos, es imprescindible que se desarrolle una auténtica estrategia de interconexión entre el sector empleador, las empresas, los gestores de empleo de las administraciones y las universidades. Ello permitirá la detección de las auténticas necesidades de formación continuada para el empleo: el flujo de propuestas de estas microtitulaciones debe ser desde los nichos de empleo a la universidad, y no al contrario.
3. La posibilidad real de participación de las universidades requerirá una serie de acciones que permitan e incluso incentiven la transformación del entorno de prioridades formativas de las universidades: apoyo y facilitación de todo lo relacionado con la gestión de estos programas, valoración curricular de la participación del profesorado en los mismos, y desarrollo de un sistema ágil del aseguramiento de la calidad. La puesta en marcha de estas acciones requerirá un apoyo claro de financiación.
4. El desarrollo de microcredenciales debe llevarse a cabo siguiendo los estándares prioritarios de la unión europea: digitalización, portabilidad, flexibilidad en su desarrollo y ajuste a los correspondientes niveles de cualificación.